Esto fue lo que me pasó.

El domingo 23 por la noche salí a tomar un taxi en la avenida El Ejército en Magdalena. Avenida que tiene varios días sin alumbrado eléctrico. Mientras esperaba, dos sujetos se acercaban a mi, ellos podían verme a mí, yo no a ellos. Empezaron a decirme cosas de muy mal gusto refiriéndose a mi cuerpo y las intenciones sucias que tenían. Era muy tarde para moverme a algún lado. Uno de ellos pasó por detrás mío y me metió la mano. El segundo sujeto me dijo: Qué traes en la cartera? Mientras el primero se acercaba a tocarme el seno. Reaccioné y di un paso hacia atrás. Intuyo que pensaron que me estaba resistiendo al robo. El que preguntó por mi cartera no tuvo mejor idea que asestarme un cachetada muy fuerte en la cara.

¿Estaban ebrios? ¿drogados? No lo sé, pero me atacaron sexual y físicamente.

Mientras todo esto me sucedía el domingo 23, el sábado 22 muchas personas marchaban "por la vida". Marcha que estaba respaldada por la Municipalidad de Magdalena del Mar, entre otras.

Es extraño ser violentada en un distrito que marcha "por la vida", pero que poco se preocupa por la seguridad de los que efectivamente estamos vivos.

¡Gracias, Sr. Allison! ¡Gracias, Municipalidad de Magdalena del Mar! Ahora entiendo perfectamente bien su doble moral y la lista de prioridades con la que manejan el distrito.